Ganar...
Él tenía todo resuelto, ya había analizado la situación y sabía dentro suyo que tenía la razón, sólo hacía falta que una autoridad validara su punto de vista, un rabino sería más que suficiente:
“Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.” Lucas 12:13
No intenta buscar conciliación fraternal con su hermano mayor, (frente a la ausencia de partición en vida o de testamento, era el hermano mayor el encargado de repartir la herencia), ni siquiera le interesa que la situación fuera considerada con ambas partes participando. Me parece escucharle decir entre líneas: “¿Para qué pedir opiniones si ya es sabido que tengo la razón? Tan sólo ve y díselo a mi hermano!”
Leo la antesala de la parábola y reflexiono en las innumerables ocasiones en las que me he acercado a Dios a pedirle sencillamente que apruebe mi decisión, que me declare ganador por sobre los que no piensan como yo, que reconozca que yo soy el que está de Su parte y no los otros... tantas veces en que sólo se trata de mi y no del otro, tantas veces en que no me ha interesado la reconciliación, simplemente ganar...
Etiquetas:
parábola,
reconciliación
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