Neonazis y Judaizantes


Abba Padre

En la oración modelo de Jesús son muchísimos los aspectos que podemos utilizar para entender mejor nuestro compromiso al orar y también cuál es el acercamiento de Dios con sus hijos.

Los judíos tenían una serie de oraciones que debía n de hacer diariamente, estas eran realizadas en hebreo, a pesar de que el lenguaje vernáculo de la palestina del siglo I era el arameo. En las sinagogas se leían las Escrituras en hebreo y, ya que no todos eran fluídos en hebreo, una persona traducía al arameo luego de que cada frase era leída. El hebreo, en este sentido era el idioma sagrado, con él se debía de acudir a Dios en oración, las escrituras habían sido inspiradas usando esa lengua!

Los discípulos de Jesús le dicen: “Señor, enséñanos a orar…” (Lc.11.1)

Jesús inicia la oración con la expresión aramea “abba”la que significa “Padre”. Sabido es que el lenguaje de la época es arameo, por lo tanto la oración completa debe de haber sido enseñada en arameo y no en hebreo. Al  parecer esto resulta tan “novedoso”, por decir lo menos, que en el registro de los evangelios, escritos en griego, se pensó como muy importante no traducir esta palabra y dejarla en arameo.

De alguna manera Jesús está haciendo una declaración contundente: Dios es nuestro Padre y relacionarse con él no está condicionado a elementos o culturas sacralizadas, como un idioma en particular.

Neonazis latinoamericanos

A aquellos que quieren reflotar la filosofía Nacional Socialista propia del tiempo de Hitler se les conoce como neonazis.

Uno de los elementos distintivos del nazismo es el tema de la pureza racial, la raza aria superior. Si de por sí el racismo es condenable, pensar en una superioridad racial aplicada a movimientos políticos sociales resulta en algo totalmente despreciable. Si a lo anterior le sumamos latinoamericanos con claros rasgos propios de sus etnias defendiendo los ideales del Nacional Socialismo, incluyendo la superioridad de la raza aria… el espectáculo resulta francamente penoso y ridículo. Sin mencionar que el solo hecho de pensar en una raza “pura y superior” es una idea muy cómica.

(son varios los que, sin afirmar una superioridad étnica,si afirman de manera tácita una superioridad cultural que tiene el deber de  “civilizar” al resto del mundo. Personalmente también lo considero ridículo, pero no será tratado ahora.)


Judaizantes

Desde el establecimiento del actual “Estado de Israel”, gran parte del mundo cristiano ha gravitado en torno a esa área geográfica y su ancestral cultura: “las cosas importantes ocurren ahí…”, “Israel es el reloj de Dios…”, etc.

Quienes me conocen saben que no comulgo con esa cosmovisión, sin embargo, no tengo mayores problemas con las personas que quieran ver el mundo y el plan de Dios de esa manera. Algunos han adoptado las fiestas judías, palabras en hebreo, vestimentas, colores, rituales y ceremonias y créanme: No tengo grandes problemas con eso!

¿Cuál es mi problema? Cuando quieren judaizar! es decir, cuando promueven esa cultura con fines soteriológicos, dicho en otras palabras, cuando dicen: “La iglesia está equivocada, no está agradando a Dios, no se debe decir Jesús, se dice Yeshoua.” “Se desata una unción única cuando se convoca al pueblo a la adoración tocando el shofar.” “Es preciso retomar las festividades del calendario hebreo para atraer la presencia de Dios.” etc.

Aunque hay ejemplos menos extremos, todos terminan afirmando que a Dios se le agrada y que de Dios proceden ciertos beneficios si se hacen las cosas de “esta manera”. Esto es tóxico, no promueve la unidad quien se proclama como poseedor de una verdad o perspectiva que "debe" de ser asumida por el resto a fin de alcanzar el mismo estatus de quien la promueve.

Un pensamiento final

En el libro de Hechos, capítulo 15 se muestra la reacción de la iglesia en Jerusalén respecto a la entrada de los gentiles (no judíos) al pueblo de Dios y la relación que estos tendrían con la ley de Moisés. Las indicaciones son de índole moral y de convivencia (la comida era el principal ritual de comunión y por ello hay un marcado énfasis en ella)

Años más tarde el apóstol Pablo le escribe a los Galátas en durísimos términos tocando el tema de los judaizantes y como ello es un estorbo.

Durante años se discutió y se sigue discutiendo al respecto del ¿cómo debemos comunicar el evangelio a las culturas “no alcanzadas”? Uno de las conclusiones ha sido que debemos comunicar el mensaje respetando la cultura, es decir, no se debe imponer nuestra cultura ni la de la Biblia.  (entiéndase “cultura de la Biblia” no a los elementos permanentes y relevantes del evangelio sino a aquellos que sólo tienen sentido en el contexto cultural en el que concurrió la revelación) Y ahora resulta que una nueva ola de “redimidos” se ha fascinado con querer retomar e imponer aquello que no es necesario y que es en realidad una carga.

No quiero ofender a nadie, aunque les cueste creerlo, pero así como un neonazi me resulta ridículo y un neonazi azteca, maya, inca, criollo, mestizo, etc. me resulta hilarante, una emoción similar me embarga cuando veo a personas queriendo asumir cargas religioso-culturales que nada tienen que ver con el evangelio de Jesucristo.

Cuando lo importante es el plan de Dios con Israel y todo lo que ocurre “allá”, entonces la iglesia, mi presente y mi cultura pierden importancia. A Dios le podemos hablar en nuestro idioma, no importa que no sepas esa majamama de términos en hebreo y arameo que otros quieren imponer.  Dios podría levantarle hijos  a Abraham aun de las piedras! (Mt.3.9; Lc.3.8) pero ha decidido reconciliar al mundo entero en Cristo, sin imposiciones culturales de ninguna índole. (2Cor.5:19)

“Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” Gálatas 5:28-29

Piensa… te va a gustar!

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