Oaxaca, mi postura en el conflicto.


Antes que continúes quiero que entiendas una cosa: esta es MI opinión y no representa a nadie más, ni a la congregación que está detrás de mi, ni a mi familia, a nadie excepto a mí y por lo tanto me hago 100% responsable de lo que escribo.

Un poco de contexto primero

Esta semana me recordaron un dicho muy interesante: “el bien que se no se hace bien hace un mal”. En efecto, no sólo importa que lo que se quiera hacer sea bueno, también debe de hacerse de la manera correcta. Amo a mis hijos y quiero que hagan lo bueno, pero si para conseguirlo establezco un reino del temor en mi hogar, entonces tal vez “mi bien” tenga un resultado peor que aquello que quiero corregir. Es necesario hacer la cosas bien y de buena manera en México.

¿Quién no quiere que en México mejore la educación?
¿Quién no quiere que los maestros tengan un sueldo digno?
¿Quién no quiere que la corrupción sea eliminada de toda esta ecuación?

La respuesta que resuena en la mayoría de las mentes es: NADIE. Por el contrario, todos quieren mejor educación, mejores condiciones de trabajo y una sociedad más justa con gobernantes y dirigentes íntegros y es por eso que no puedo aceptar las dicotomías simples que dicen que “unos” son lo buenos y los “otros” son los malos; que “unos” tienen la razón y los “otros” sólo quieren sacar provecho. Lamentablemente, algunos gustan de dividir todo en cajas muy herméticas, si no estás de acuerdo con ellos en cierto aspecto del tema, entonces ya perteneces al otro bando y todos los prejuicios que se les ha asignado a “los otros” ahora caerán sobre ti. Esta es una bifurcación de pensamiento falaz y me niego a caer en este tipo de reduccionismos.

La profesión docente ha tenido y tiene un tratamiento muy subestimado en nuestra sociedad, salvo contadas excepciones los maestros son esos profesionales que cuentan con un grado social de menor importancia que otros. Basta mirar al pasado y ver a un glorioso Alejandro Magno siendo educado nada más ni nada menos que Aristóteles!!

El arte de gobernar no es cuestión sencilla, tampoco es para aquellos que quieran complacer a todos, sin embargo, están llamados a ejercerla aquellos que tienen verdadera vocación de servicio público, aquellos que buscan el bien de los pueblos que gobiernan y no el suyo propio.

Lamentablemente hay cuestiones que son transversales a todas las ocupaciones e instituciones, una de ellas es la corrupción. ¿Son incorruptibles nuestros políticos?, ¿lo son acaso nuestros maestros? … con la mano en el corazón debemos admitir que en ambos casos han existido actos de corrupción, tal vez en algunos de manera más flagrante pero ese es otro tema.

Mi opinión

He leído las noticias, los blogs, los comentarios en redes sociales y he hablado con habitantes de Oaxaca por Skype y en chats. Luego de escuchar y leer, esto es lo que pienso.

Las protestas y movilizaciones han sido siempre los medios con los que han contado las comunidades para expresar su descontento, es un derecho el poder manifestarse. El problema es que ningún grupo humano, especialmente aquellos grupos ciudadanos, es homogéneo. ¿A dónde voy con esto? a que los excesos de ciertas facciones serán inevitables y es algo que debe considerarse a la hora de iniciar una movilización. ¿Es bueno que se le impida el paso a una ambulancia en medio de una protesta o toma de camino?, ¿dañar propiedad ajena es correcto? He viajado muchas veces  solamente con mi ticket de autobús, sin un peso en el bolsillo, ¿es correcto que por movilizaciones de terceros me quede varado en una terminal sin los recursos para poder hacer nada? . Creo que ningún dirigente de los maestros apruebe este tipo de situaciones de manera consiente, pero estar con la cabeza sumida en el conflicto y al frente de tantas personas, hace que sea complejo controlar todo lo que ocurre. Oaxaca es un estado que ha sido relegado al subdesarrollo durante años  y sus habitantes autóctonos han sido tratados como ciudadanos de segundo orden, esto acarrea frustración y resentimiento, todo esto es la receta perfecta para la sublevación y el alza en protesta. A pesar de los atenuantes, no puedo estar de acuerdo con el tipo de acciones que atentan contra el prójimo y atentan contra el mismo movimiento, que siendo legítimo, tiende a la radicalización y con ello a la irracionalidad y la violencia.

El Estado cuenta con el aparataje humano necesario para hacer frente a los planes que él mismo propone. Los estados no se manejan al “ahí vamos y depende de lo que salga vemos qué hacemos!” eso es ridículo de pensar, lamentablemente así me hace pensar a veces. No estoy al tanto 100% de lo que significa en concreto la Reforma Educacional, aunque en una primera impresión, me parece más de orden administrativo que de mejora educativa, insisto, no conozco a fondo la Reforma pero ha tenido una oposición férrea, una que se ha manifestado en las calles y que deja en evidencia la ineptitud de las fuerzas de orden público. ¿Cómo es posible que la policía use armamento letal para reprimir a los maestros? ¿Es que acaso no conocen los balines de goma, los carros lanza agua, las bombas lacrimógenas? Estamos en una cultura bélica y armamentista! Sin ir más lejos, cuando voy a Liverpool, del que me da la bienvenida es un tipo con vestimenta paramilitar, chaleco antibalas y una escopeta, créanme, eso no me provoca confianza, me intimida. Los incidentes de Oaxaca dejan ver un uso desmesurado de la fuerza, ejecutada por servidores públicos. Las pruebas de balística aún no se entregan, pero el sólo hecho de que se soliciten da cuenta de que la policía tenía armas cargadas con munición letal y eso no es posible para controlar disturbios, esto no puede convertirse en una guerra civil!

Conclusión

Mi invitación es a dialogar sin polarizar el tema, a salir de las trincheras y dejar de ver a quienes piensan diferente como si fueran enemigos. Les invito a ser pacificadores y no sólo orar por la paz, cuestión que debemos hacer, pero que a veces se confunde con la pasividad. Invito a mis hermanos a orar por todos los actores, no sólo los gobernantes, al mismo tiempo que les recuerdo que la relación de la iglesia y el gobierno es dinámica; mientras Pablo señala a la autoridad como “puestos por Dios”, un atribulado Juan en Patmos se refiere a ella como “La Bestia”. No pongamos a dormir nuestras conciencias con el opio de una mala lectura religiosa.

Mi apoyo es a Oaxaca y a su gente (no a la CNTE), a  Oaxaca que ha sufrido durante décadas el atraso y la corrupción, mi apoyo es a los maestros honestos de México que hacen su trabajo decentemente y sin improvisar, mi apoyo es a todos los actores que quieren que la educación pública mejore para el bien de todos los mexicanos.

Repudio absolutamente el uso desmedido de la fuerza y con ello hago un llamado a la pronta profesionalización de la policía en México. No es posible que un policía estatal, luego de 6 meses de entrenamiento salga a la calle con un arma y un sueldo no adecuado a quien arriesga la vida, sin mencionar que esas condiciones de trabajo son tierra fértil para que la corrupción crezca desmedidamente. La gente tiene miedo de la policía y eso no es posible! Sé que hay policías honorables y quisiera que fueran más, quisiera que fueran todos!

Mientras escribo me entero que se encuentra en acción una mesa de diálogo entre la CNTE y el gobierno, espero de todo corazón que se llegue a acuerdos significativos, reales y suficientes para que la situación vuela a una nueva normalidad, una mejor que la que existía antes de las movilizaciones.

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