Si! hace 20 años me robé la Navidad!

(Este artículo lo escribí hace tres años pero lo he rescatado de mi antiguo blog y lo he mantenido fiel a su redacción original.)

 Ayer

Creo haber tenido unos 18 años (o sea hace ya bastante tiempo), como fiel servidor de Jesucristo mi deseo era seguir la más pura ortodoxia, aunque mi espíritu crítico aún estaba eclipsado con el formalismo y tradición de la religión.

Pablo, uno de mis primos, siempre fue más aventajado en cuestiones de fe y teología, tal vez por ser bautista, tal vez por ser mi primo… :) el tema es que me presta un libro que me voló la cabeza, un libro que hablaba de los orígenes paganos de todas las celebraciones cristianas. Mi cabeza hirvió!! (O hizo ebullición… cómo se dice?…)

Jesús no había nacido en Diciembre y menos el 24! El árbol de navidad era una cuestión heredada de cultos nórdicos o bien de origen aún más ancestral. Los adornos del árbol eran un gesto de adoración astrológica y Santa Claus vestía de rojo por obra y gracia de The Coca Cola Company!!! (lo último fue el golpe de gracia…)

Como producto del mestizaje ideológico de fariseo con zelote me propuse  hacer algo, esto debía saberse y algo debía cambiar en la praxis de la iglesia a la que asistía. ¿Se imaginan si hubiesen existido las redes sociales de hoy?

Escribí una carta al pastor, cité a una reunión con el liderazgo principal de la iglesia y expuse los argumentos, siguieron más reuniones  con el liderazgo ampliado, unas 30 personas y la tensión fue creciendo. Conclusión? Ese año me “robé” la navidad, igual que el Grinch…  20 años de tradición en veladas navideñas de excelente factura se fueron al tacho porque me “robé” la navidad.

Creo que todos me odiaron, me odiaron pero nadie tenía argumentos de peso como para detenerme. Mi novia, quien es ahora mi actual esposa me apoyaba por mera solidaridad. Ese año no hubieron obras de teatro, canciones especiales, regalos, árbol, pan de navidad… nada!

Hoy converso con mi esposa y le pregunto ¿cómo es posible que me hayan dejado hacer semejante barbaridad!!!? ¿Cómo se me permitió semejante falta de criterio?  ¿Cómo nadie me puso en mi lugar desde una perspectiva teológica más aterrizada?

Tal vez por falta de preparación teológica de quienes pudieron haber disentido, pero al encontrarse sin argumentación sólida,  simplemente se mostraron molestos y callaron o tal vez porque simplemente el caso presentado parecía contundente, o tal vez porque yo era el nieto del pastor, lo cual, ahora que lo pienso resulta aún más torcido…

Hoy

Creo ver las cosas de una manera muy diferente y las enseño de forma diferente. Todos a quienes acompaño pastoralmente saben de forma clara que el 25 de Diciembre no es el cumpleaños de Jesús, conocen el trasfondo pagano de la utilería de la celebración, lo saben pero hemos decidido vivir la Navidad de una forma diferente. Celebramos el nacimiento de Jesús como la fiesta del misterio más asombroso, la encarnación, Dios se ha hecho hombre y con ello echa por tierra el complejo de dios que tiene el hombre, Dios se ha hecho hombre y con ello ha solidarizado con la historia de los hombres y se ha hecho siervo y Cristo.

No me interesa ya si la gente decora un árbol o no, hay cosas que si me preocupan mucho más, como el consumismo que pretende llenar vidas vacías de sentido real o los regalos que quieren suplir el cariño, tiempo y amor que  ha escaseado durante todo un año.

Así como hoy nadie usa una cruz con el sentido torturador del imperio romano o nadie repara en que las mujeres usen el pelo suelto (sensual y ofensivo en la cultura judía), hoy nadie decora un árbol para adorarlo ni elige el 25 de diciembre celebrando el solsticio del sol invencible. La gente usa obetos, conmemora fechas, deja otras, adquiere una costumbre, adopta una moda, celebra una fiesta, etc. todo desde el punto de vista de que cada cosa adquiere un significado nuevo, único y diferente en el contexto que lo use y no está necesariamente ligado a su uso original. (eso da para otro artículo)

Aún en el peor de los casos, frente a la pregunta ¿qué celebramos en Navidad? la vasta mayoría dirá en alguna parte de su respuesta algo relacionado con Jesús, al menos para parecer cristiano. Nuestro desafío como iglesia es entonces ser como aquel lúcido apóstol de Hechos 17:23 y decirle algo así como:

“en todo he observado que ustedes son muy cuidadosos de los detalles de esta celebración, destinan un tiempo considerable en decorar un árbol, poner luces y guirnaldas, pero pasando por debajo de uno de vuestros árboles hallé unas pequeñas  imágenes de personas, animales y un bebé en una cama de paja. A ese bebé “no conocido”, ignorado entre tanto consumo es al que vengo a anunciarles. Vuestros regalos palidecen frente al regalo que aquel pequeño niño ha venido a anunciar, perdón de pecados, reconciliación con Dios, amor, buena voluntad. Que este nacimiento que da vida (Navidad) sea la mecha que encienda vuestros corazones de aquí a la eternidad.”

Piensa… te va a gustar!

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