Indiferencia (Lucas 16:19-31)


En 1985 “We Are The World”, el hit producido por la dupla Jackson-Ritchie y producida por el multipremiado Quincy Jones, estremeció las radios de todo el mundo. La conciencia de millones se despertó y movilizó a hacer algo en contra de la hambruna que diezmaba la población en Etiopía.
Esta mañana escuchamos esta canción a modo de preludio en Mosaico. Una frase en particular me llamó mucho la atención: “… we are saving our own lifes…” … estamos salvando nuestra propias vidas…”; claro está, en relación a que al ayudar a otros en el fondo también nos ayudamos a nosotros mismos, un llamado fuerte y enfático a la empatía. Es curioso, hoy preferimos despertar en otros simpatía antes que nosotros mostrar empatía, esto último demanda un esfuerzo adicional y no siempre es recompensado con elogios y aplausos.

Lucas 16:19-30 nos dan cuenta de la parábola del “Rico y Lázaro”. Hoy la vimos en detalle, controversias incluidas. Una parte del diálogo del rico en (el hades) con Abraham nos llamó profundamente la atención, en particular la RV60 preserva de buena manera el sentido del texto griego, veamos:

“Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.”

Acá existe una suerte de contrastes que buscan despertar en el rico el entender la responsabilidad que le cabía como receptor de riquezas frente al mendigo que cada día era depositado a sus puertas.

El rico está cubierto de ropas lujosas, Lázaro… está cubierto de llagas.
El rico hace banquetes espléndidos, Lázaro… a él le habrían bastado las migajas del pan con que el rico se limpiaba las manos llenas de grasa y los labios llenos de saliva.
El rico tiene sin duda alguna siervos que le atienden, Lázaro… perros que lamen sus heridas.
El rico muere y es sepultado como es debido, Lázaro… probablemente fue a parar al basurero o una fosa común en el mejor de los casos.

No obstante es interesante que, a pesar, de que Lázaro estaba enfermo y hambriento, al momento en que Abraham se refiere a él no lo hace en términos de que ahora Lázaro está sano y satisfecho (aunque se puede dar por asumido), Abraham dice que ahora es “consolado”. Al decir esto, queda en relevancia que el sufrimiento de Lázaro coincide con el gran pecado que condena al rico: Para el rico, Lázaro ya es parte del paisaje, ya es insensible a su presencia a las puertas de su casa, tiene los recursos para saciar el hambre del mendigo, seguramente también para darle atención a sus llagas, sin embargo, ha centrado su vida y la de quienes le rodean en si mismo!! Es por eso que aún en el hades sigue queriendo mandar a Lázaro!! primero a traerle agua y luego como mensajero…

Muchos cristianos son especialistas en buscar desafíos misioneros transculturales, recorrer largas distancias para llevar un poco de esperanza y evangelio, no les juzgo, bien por ellos y por la misión, sin embargo, la mayoría de los cristianos no se embarcan en tamañas travesías. Esta parábola nos muestra que la misión de Dios para nosotros está por lo general a las puertas de nuestra casa, al alcance de nuestra mano hay un Lázaro que se ha vuelto parte del paisaje, ya nadie le nota en las calles, ya ha nadie le importa su llanto tal vez hasta quisiéramos callarles…

- “por qué siguen con lo de Ayotzinapa, esto está perjudicando el turismo en Acapulco!”
- “ayudemos a los Sirios (me importan un comino los indígenas de mi tierra pero está de moda mostrarse humanitario con causas globales)”

Indiferencia… ese es el idioma de este sistema.

Lázaro significa “el que es ayudado por Dios”… qué trágica ironía, no obstante es un desafío, Lázaro, tu Lázaro, mi Lázaro está esperando por esa “ayuda de Dios”, pero no serán ángeles los que suplan su necesidad, debemos ser tu y yo… ¿qué haremos?

Piensa... te va a gustar!

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