¿Preparados para el fin del mundo/ lunas de sangre?



No son pocos los lugar del ciberespacio en donde se puede leer de teorías/certezas del fin del mundo, algunos más “cautos” simplemente hablan de la venida del Señor, lo que sin necesariamente ser cataclísmico, tiene un carácter apocalíptico-escatológico que llena de pavor a muchos.

Algunos hablan de meteoritos cayendo, otros de vaticinios que Dios les reveló, lunas de sangre, del reloj de Dios, etc.

Debo ser honesto, este tipo de temas no despiertan el más mínimo interés en mi…

… no al menos cuando no veo que sean amenazas externas las que puedan acabar con el mundo, sino nuestros propios actos irresponsables como humanidad.

… no cuando el tratar de descifrar “la venida del Señor” se transforma en un tema que, por lo demás, no guarda coherencia alguna con lo que la Biblia señala al respecto. (siguiendo la misma línea de pensamiento de quienes ven este hecho como algo inminente. Hechos 1:7; Mateo 25:13)

En Lucas 12, del verso 33 al 59 se desarrolla un texto que mezcla enseñanzas directas de Jesús y parábolas respecto del “fin”, o como lo muestra el texto: “la venida del señor/Señor”. Podemos fácilmente perdernos en las implicaciones escatológicas del texto pero hacerlo sería obviar lo más evidente que muestra: Cuando venga el Señor debemos de estar preparados. Y uno se pregunta ¿qué es estar preparado?… ¿al día con los diezmos?, ¿confesado con el sacerdote?, ¿una vida de devoción religiosa?; ¿qué es estar preparado?

v.33 nos habla de ayudar al necesitado
v.45 nos habla que aquel siervo que tenga la venida de su señor por tardanza comenzará a tener una vida egoísta y de opresión sobre su prójimo.
v.58 nos habla de arreglar cuentas con el prójimo antes de que llegue el momento del juicio.


Desde mi humilde perspectiva toda “preparación” gira en torno a la relación con nuestro prójimo. Eso me recuerda las palabras de Jesús en Mateo 25:40

... “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí.”

Si temas como “el fin del mundo” o “la venida del Señor” lo único que hacen es exacerbar nuestro ego al creer que somos poseedores de información privilegiada, nos hace acercarnos a nuestro prójimo con fines meramente proselitistas, o simplemente nos hace mirar a la “luna y su color” antes que al prójimo y su dolor, entonces no le veo ningún sentido teológico ni práctico.

No puedo evitar deslizar algunas preguntas que vengo haciendo desde hace años a todos los que miran las “señales de los tiempos” en búsqueda de la próxima guerra, el anticristo o lo que sea que tenga un sentido apocalíptico:

  • ¿Dónde quedarán todos esos pronósticos si nada de esto se cumple?
  • ¿Qué plazo existe para que todo esto acontezca? (porque con suficiente tiempo puede pasar cualquier cosa) 
  • En caso de fallar los pronósticos, ¿Darán explicaciones?

Por mi parte, también repito lo que he dicho antes: Si, de acuerdo a los plazos dados, estas cosas se cumplen, seré el primero en reconocer mi error, publicarlo en las redes y hasta hacer un video dando cuenta de mi falta de juicio… en el intertanto, seguiré “preparándome” para el fin, como me dice el texto bíblico que lo haga.

Piensa... te va a gustar!

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