Experiencia Religiosa... teología a la Enrique Iglesias?

 

Intro

Tal vez la comparativa sea superlativa, tal vez sólo una cursilería, tal vez una forma de empatizar con la gente, una suerte de sacralización del amor carnal o la trivialización de una experiencia trascendente. El caso es que Enrique Iglesias hizo cantar a todo el mundo su hit "Experiencia Religiosa."
"Y es casi un experiencia religiosa
Sentir que resucito si me tocas
Subir al firmamento prendido de tu cuerpo
Es un experiencia religiosa

Casi una experiencia religiosa
Contigo cada instante en cada cosa
Besar la boca tuya merece un aleluya
Es un experiencia religiosa"
 
Al parecer, nuestras metáforas se acrecentan cuando se trata de describir un suceso que roza (en nuestra opinión) algo que va más allá de los límites de comprensión humana, en este caso, el "amor" de pareja.

Filtros

Todos filtramos nuestra experiencia en virtud de la convicciones que nos mueven, incluso podemos ser aún más básicos y hablar directamente de interpretar la vida de acuerdo a los sentimientos que parecen inundarnos de tanto en tanto.

Un adolescente enamorado no concibe la vida sin la persona amada y su sentido del tiempo y el espacio se altera por ese “amor” que le invade, los días son eternos sin ella, seguramente no podría vivir si le faltare el ser amado, el mundo carece de belleza si quien ha conquistado su corazón no está presente. Hasta el pasado se reinterpreta en función de la condición presente. Siguiendo el ejemplo del adolescente, este bien podría decir: “Gracias a Dios mi anterior novia me dejó y aunque dolió, si no me hubiera dejado yo jamás habría conocido a mi actual pareja…” todo se trata de interpretación.

Nuestro prejuicio puede condenar la acción del otro o elevarlo a la categoría de héroe. Un hecho específico puede tener distintas formas de ser analizado y aunque pareciera una cuestión que podemos dejar a nivel de las percepciones mundanas no es así, aún en el texto bíblico tenemos  interpretación de la experiencia.

El rey David realiza un censo, el registro bíblico no es unívoco, en dos pasajes de la Biblia queda registrado el evento, veamos cada uno de ellos:

“volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá.” 2 Samuel 24:1
 “Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel. “ 1 Crónicas 21:1

Dos visiones del mismo acontecimiento, una que muestra como sujeto de la incitación a Dios y otra a Satanás. ¿Quién entonces? parece ser una yuxtaposición sin solución a simple vista pero sencillo de resolver para quien entienda que en la mente hebrea todo cuanto ocurriese era una cuestión que Dios propiciaba, afirmarlo así significaba dejar todo bajo el control de Dios, pero sigue siendo una interpretación de los eventos. También otro hablará que la figura de Satanás es diferente en el Antiguo Testamento y podrá exponer la evolución de la angeología y la personificación del mal, esto nos puede llevar a toda una nueva comprensión del mundo espiritual que se nos opone.

Otro ejemplo podría ser el referido a la famosa frase puesta en labios de Jesús al decirle a Tomás “bienaventurado los que no vieron y creyeron” (Juan 20:29) Pero veamos lo que nos dicen otros pasajes de la Biblia:
“Yendo ella, lo hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y llorando. Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron.” Marcos 16:10-11 (si, lo se, el final largo de Marcos es cuestionable)

“y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás. Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían.” Lucas 24:9-11
La pregunta es evidente, ¿quién creyó entonces sin haber visto? Al menos el texto debiera darnos indicios de una mayoría de discípulos que hubieran creído sin haber visto, pero al continuar la lectura uno se da cuenta de que todos creyeron porque vieron!, ¿cuál es entonces el sentido de la reprensión contra Tomás?

Pondré esto como preguntas de reflexión para no sonar tan agresivo para algunos.
Si aceptamos como fecha de composición del evangelio de Juan el 90 DC, una fecha en la cual el escrito tiene destinatarios que son cristianos que, en su mayoría por no decir todos, ninguno había visto a Jesús ¿no cobra acaso sentido para esos cristianos que se les anime con una bienaventuranza por creer sin haber visto? ¿podrá verse la intención del autor del evangelio como una que re-interpreta la vida de Jesús bajo un prisma teológico diferente a la narración histórica que “todos” creemos son los evangelios sinópticos?

Y querámoslo o no, los sinópticos también son una interpretación teológica de la vida de Jesús, redactados y arreglados en su flujo según hayan sido los destinatarios. Keneth Bailey en su libro “Jesús a través de los ojos de medio oriente” apunta a esta interpretación usando 4 pasos:
1.- La vida y la enseñanza de Jesús de Nazaret en arameo.
2.- El testimonio ocular arameo de esa vida y enseñanza.
3.- La traducción de ese testimonio al griego.
4.- La selección, la disposición y la edición de esos textos griegos en Evangelios.
El punto 2 y 3 da para establecer toda una tradición oral que incluiría canciones y “dichos populares” de Jesús. Si el texto que hoy tenemos no quiere verse como una interpretación teológica de la vida de Jesús, entonces nos autoengañamos. Sin ir más lejos, cada texto de historia secular es una interpretación particular desde la perspectiva del autor y aún nuestras traducciones de la Biblia lo son!

Y que hay de nuestras interpretaciones?

Como cristianos también hacemos nuestra interpretación teológica de la vida y creo que es natural que así sea, pero necesitamos ser honestos a la hora de reconocer aquello y de usar un lenguaje que se presta en muchos casos para confusión.

Casos…

El cristiano está en medio de una situación difícil y desliza la frase: “Dios me está probando” y en el peor de los casos “Dios me está castigando”

La búsqueda de trabajo ha sido dura, finalmente recibe un llamado para presentarse a trabajar, el testimonio para la iglesia es: “Dios me abrió una puerta de trabajo”

El pastor necesita un encargado para el coro, analiza sus opciones, ora, anota nombre, descarta nombres y luego que tiene una decisión va donde la persona electa y le dice: “Dios me dijo que tu eras la persona para este cargo”

El coordinador de la reunión recuerda una canción muy hermosa, le avisa al director de música y luego anima a la congregación diciendo: “Siento de parte de Dios que cantemos esta canción”

La hermana está enferma de cáncer y pide las oraciones por una operación que tendrá, la operación es un éxito y el testimonio dice: “Doy testimonio de haber sido sana por la intervención divina”

Desde la fe uno puede re-interpretar el pasado, el presente y el futuro y creo que es una cuestión maravillosa, siempre y cuando no perdamos de vista que se trata de una interpretación teológica desde nuestra fe, una interpretación que nos hace descansar en Dios como sustentador de todas las cosas, pero que mal usada puede prestarse para manipular y decepcionar a la audiencia. Porque esa prueba o castigo bien puede ser la consecuencia de mis malas decisiones, incluso pecaminosas, el llamado telefónico pudo haber cerrado una alternativa de trabajo que comparativamente hablando era mejor, el hermano electo para dirigir el coro puede sentirse en rebeldía contra Dios si decide no aceptar y con ello minar su compromiso con la iglesia, el coordinador sólo quería que el resto sintiera como él sentía y nada más, personas que en un momento creyeron al testimonio de sanidad divina luego se decepcionan al saber que hubo una cirugía de por medio… ¿Logramos advertir el peligro de hablar “teológicamente descuidados”?

¿No será mejor re-evaluar nuestro discurso y, sin transar nuestras convicciones, darle un nuevo lenguaje a nuestra lectura de la vida? Algo así como:

… en medio de una situación difícil: “Con la ayuda de Dios pasaré este transe y algo aprenderé de todo esto.” o “Esto lo estoy viviendo producto de una mala decisión, Dios me está ayudando a entender que debo pensar mejor al momento de tomar decisiones en la vida.”

… frente al llamado telefónico por el trabajo: “Gracias a Dios los esfuerzos han dado sus frutos, aunque estaré alerta frente a otras oportunidades que me permitan un mejor desarrollo, por ahora Gracias Dios!! dame las fuerzas para hacer bien este trabajo.”

… frente a la elección de alguien para el cargo: “He orado buscando dirección de Dios, he analizado las opciones y creo que eres la persona para este cargo, ¿qué te parece si lo piensas y oras? Luego me puedes dar una respuesta, creo que será una gran oportunidad de desarrollo personal y para nosotros como iglesia.”

… ante el deseo de cantar cierta canción: “Amigos, hermanos, siento en mi corazón un fuerte deseo de que cantemos juntos esta alabanza, detente en cada palabra que cantes, hay un mensaje especial que espera ser descubierto.”

… luego de la cirugía de cáncer: “Gracias a Dios todo salió bien, tuve paz en el pre y post operatorio y estoy feliz de haber contado con la cirugía que salvó mi vida. De Dios proviene la inteligencia y creo que de alguna manera Dios guió al equipo médico, gracias por sus oraciones hermanos.”

A veces, teologizar la experiencia puede alienarnos de nuestra condición humana, terminamos asumiendo una actitud estoica frente a la vida y tendemos a reprimir el dolor frente a una pérdida o una situación lamentable. He visto personas enfrentando la muerte de un ser querido o habiendo sufrido la vejación de un hijo que sólo se preocupaban de “autoconvencerse” que Dios tenía un plan. Claro! Dios puede tener un plan pero somos humanos, sentimos dolor, rabia, angustia… eso también es parte de la forma en que fuimos diseñados por Dios.

Personalmente creo que hay situaciones que no tienen sentido alguno, al menos no desde mi humano punto de vista. No puedo verle sentido o propósito a la violación sistemática de niños por parte de uno de sus padres... no puedo verle sentido a la tortura de millones en el mundo cuya voz se acalla simplemente con el último aliento de vida y cuyos responsables duermen apaciblemente, libres de todo remordimiento. La fe me ayuda a ver algún "propósito", pero no sin lidiar con mucha frustración.

Un discurso centrado tal vez no sea popular, tal vez no despierte muchos “aménes” mientras se da el testimonio, pero es honesto y también respetuoso, respetuoso de mi hermano que sigue en problemas, respetuoso del que ha estado sin trabajo por meses, respetuoso de los que piensan que la canción que elegiste no pudo ser más aburrida, respetuoso de la decisión personal de asumir o no una responsabilidad, respetuoso de aquel que perdió un ser amado por cáncer aunque todos oraron por sanidad.

Una experiencia puede ser auténtica y llena de fe sin ser necesariamente una "experiencia religiosa."

Piensa… te va a gustar!

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