Cuestión de Ira


En el texto bíblico no podemos eludir las menciones directas a la ira de Dios. Un tema complejo que no pretendo abordar en profundidad ahora, tan sólo hacer una breve observación.

 ¡Con qué facilidad tendemos a tomar nuestras humanas emociones, las vestimos de piedad y las usamos como bocinas de la voluntad de Dios! Les llamamos: "celo", "ira santa", "reprensión", "exhortación", etc. pero en muchas ocasiones es sólo nuestro ego dañado, un ego demasiado inflado, un ego que se piensa respaldado por Dios y por lo tanto no mide en expresiones hostiles y vejatorias.
El que grita: "homosexual indecente..." piensa que mientras lo dice Dios lo aplaude.

El que se indigna frente a la corrupción y arremete con "profecías" de condena sobre un país... ese también piensa que Dios arde con el mismo furor que lo hace su sangre.

El que ejerce una "disciplina" medieval en la iglesia también piensa que su acción es justificada pues hay que "guardar la grey del Señor".

En momentos en que nuestra ira quiere confundirse con la "Ira de Dios" siempre es bueno recordar las palabras de Santiago, cap.1, verso 20:

"... la ira del hombre no obra la justicia de Dios."

¿Qué buscamos? ¿Justicia de Dios o aplacar la nuestra?

Piensa... te va a gustar!

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